Friday, September 30, 2011

Los Estados Unidos y Trujillo

Vega, Bernardo, Los Estados Unidos y Trujillo: Colección de Documentos del Departamento de Estado y de las Fuerzas Armadas Norteamericanas, Santo Domingo: La Fundación Cultural Dominicana, 1982.

De la introducción del autor:
En la reconstrucción y el estudio de la historia dominicana ha sido imprescindible extraer material valiosísimo de los archivos de las naciones extranjeras de la cuales dependíamos política y económicamente.
(…)
Decididos a realizar esta labor, que por su propia naturaleza, tendrá que durar muchos años, establecimos una orden de prioridades dentro de los cuales los materiales relativos a la Era de Trujillo, resultaron ser los que decidimos publicar primero.

Esta decisión la tomamos por tres razones:

Dado el carácter dictatorial del régimen trujillista, durante los 31 años del mismo, no aparece documentación en el país que ampare fielmente lo ocurrido. Los periódicos y revistas de la época silenciaron lo que pasó. Los escritores e historiadores dentro del país no llevaron notas de lo acontecido, por el riesgo que esto implicaba. La Era de Trujillo fue, pues, una Edad Media sin monasterios. Solo los exiliados podían escribir algo y sus contactos con el país eran poco frecuentes. Los archivos dominicanos, inclusive los oficiales, de la época, arrojan poca luz. El mas importante, el archivo particular del Dictador y el de su Servicio de Inteligencia, fue sacado del país en 1962 y no esta disponible al investigador. En consecuencia, los reportes casi diarios de las embajadas extranjeras en Santo Domingo son prácticamente la única fuente existente y accesible que reporta los eventos de la época y los de la Embajada Norteamericana son los más completos. Por otro lado, muchos de los principales personajes murieron antes de 1962 (Horacio Vásquez, Juan Rodríguez, etc.) y no dejaron diarios o memorias. En consecuencia, existen sobradas razones, desde el punto de vista del historiador, para reproducir primero los documentos de 1930 – 1961 y no los de periodos anteriores cuando existía libertad de opinión y de prensa en el país.

Una segunda razón que nos movió a publicar primero esta porción del archivo norteamericano, es que varios de los actores del drama están todavía vivos y esperamos que nuestra publicación los estimule a escribir o narrar sus propias actuaciones, ya sea para complementar, aclarar o contradecir lo que aparece en estos volúmenes.

La tercera razón es que creemos que es la obligación de nuestra generación el contar y recontar a nuestros hijos y nietos, colegas y amigos las evidencias de ese terrible pasado, documentándoles en lo posible y escribiendo sobre el, simplemente para que no lo olvidemos. Lamentablemente, ya hay muchos que dicen que la dictadura de Trujillo no puede haber sido tan feroz como la describen. Esas ideas circulan, precisamente, entre aquella parte de nuestra juventud que no la vivió. Esperamos que estos documentos les convenza de lo contrario. Si suficientes nos ocupamos de que no olvidemos esa parte de nuestra historia, ayudaremos a que no se repita.


From the author's introduction (translated):
In the reconstruction and study of Dominican history it has been necessary to extract valuable materials from the archives of foreign nations upon which we depended politically and economically.
(...)
Determined to carry this out, which by its very nature, will take many years, we established an order of priority wherein the materials relating to the Era of Trujillo, proved to be the ones we decide to publish first.

We took this decision for three reasons:

Given the dictatorial nature of the Trujillo regime, during the the 31 years of its existence, there does not appear documentation that covers faithfully what happened in the country. Newspapers and magazines of the time silenced what happened. Writers and historians in the country did not take notes of what happened, because of the risk this posed. The Era of Trujillo was therefore a Middle Ages without monasteries. Only the exiles could write something and (their) contacts with the country were rare. Dominican archives, including official archives, of the time, shed little light. The most important, particular file of the dictator and his intelligence service, was taken out of the country in 1962 and not accessible to the researcher. Consequently, almost daily reports of foreign embassies in Santo Domingo are practically the only existing and accessible reporting of the events of the era and the U.S. Embassy's is the most complete. On the other hand, many of the main characters died before 1962 (Horacio Vasquez, Juan Rodríguez, etc.) And left no diaries or memoirs. Consequently, there is every reason, from the standpoint of the historian, to reproduce documents from 1930 - 1961 first and not earlier periods when there existed freedom of speech and press in the country.

A second reason that led us to publish this portion of the North American file first, is that several of the actors in the drama are still alive and we hope that our publication will encourage them to write or tell their own actions, either to supplement, clarify or contradict what appears in these volumes.

The third reason is that we believe it is the duty of our generation, to tell and retell our children and grandchildren, colleagues and friends about the terrible evidence of that past, documenting where possible and writing about it, just so we will not forget. Sadly, there are many who say the Trujillo dictatorship can not have been as fierce as described. These ideas circulate precisely among that part of our youth that did not live through it. We hope these documents will convince you otherwise. If we are concerned enough not to forget that part of our history, we will help to prevent any repetition of it.


Bernardo Vega:
Nació en Santiago de los Caballeros el 23 de febrero de 1938. Historiador, economista y escritor. Hijo del escritor Julio Vega Batlle y María Teresa Boyrie. Cursó la educación pri-maria y elemental en Santiago de los Caballeros. Licenciado en Economía por la Universidad de Pennsylvania, Estados Unidos, (1955-1959) y especializado en esa misma área en In-glaterra. Ha desempañado numerosos e importantes cargos públicos, entre ellos: Miembro Titular de la Junta Monetaria (1975-1981), Director del Museo del Hombre Dominicano (1978-1982), Gobernador del Banco Central (1984-1994) y Embajador en Washington (1996-1998). Enseñó Economía en la Universidad Católica Madre y Maestra y en la Univer-sidad Autónoma de Santo Do-mingo. Ha obtenido el Premio Nacional de Historia en cuatro ocasiones, 1986, 1989, 1990, 1991.

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